Los frutales del castillo

Cuidando el cultivo tradicional mantenemos la historia viva

Desde 1982, cuando la Diputación de Pontevedra adquirió la propiedad, se ha encargado de conservar y ampliar el parque, y de recuperar especies autóctonas. Así, se plantó un viñedo y se creó un bosque en zonas que anteriormente estaban ocupadas por eucaliptos.

Gracias a ello, se ha conseguido salvaguardar nuestro patrimonio agroforestal, y recuperar un legado que forma parte no sólo de nuestro paisaje, sino también de nuestra historia y gastronomía.

Con este mismo espíritu se inició un ambicioso proyecto: crear un banco de germoplasma con variedades de frutales locales con el objetivo de mantener nuestra agrodiversidad, perjudicada, entre otros motivos, por la introducción de cultivos más homogéneos y económicos.

Mariposa en el manzano
Cuidando el cultivo tradicional mantenemos la historia viva

Conoce el sabor, la cultura y la historia de nuestra provincia a través de los frutales del castillo

La fruta, especialmente la de pepita, siempre ha estado presente en nuestras zonas agrícolas. Estos árboles nos ofrecen alimentos de gran calidad nutritiva y con un aroma, color y sabor auténticos. 

El banco de germoplasma conserva 77 variedades de manzanos, 19 de perales y también una pequeña colección de ciruelos. Con esta plantación protegemos nuestros recursos naturales y genéticos, impedimos su desaparición y cuidamos de un legado que debemos dejar a nuestras futuras generaciones.

Estas variedades autóctonas se conservan gracias a un duro trabajo

La colección de frutales se inició en la Estación Fitopatológica Areeiro en febrero de 1984. Para recuperar y seleccionar las variedades y patrones desde esta entidad se llevó a cabo una importante labor de investigación de  campo y en el laboratorio. Se visitaron numerosos pueblos y fincas de la provincia y se logró recopilar una relevante colección de recursos fitogenéticos.

Entre 1984 y 1986 se realizaron injertos y los árboles se plantaron en el castillo de Soutomaior en enero de 1987. Cada clase comprende tres ejemplares idénticos situados a una distancia de 4 metros para evitar la propagación de enfermedades y plantaciones muy densas que puedan provocar una merma de la calidad.

Además, se creó un catálogo con dibujos, fotografías y estudios varietales. Así, se estableció un banco de germoplasma in situ único en nuestra provincia. El trabajo ambiental llevado a cabo por la Diputación de Pontevedra, con actuaciones regulares de conservación, reposición de injertos, poda y recolección, se mantiene en la actualidad.

El pomar del castillo, guardián de nuestra agrodiversidad

Para conservar la diversidad agrícola es necesario proteger el medio rural y la vida natural relacionada con los cultivos.

El pomar no es un sistema aislado, sino que vive en simbiosis con la naturaleza que lo rodea. Los frutales sirven de alimento y refugio para muchos animales y éstos, a su vez, actúan como polinizadores y controladores de plagas.

Lo que prueba, una vez más, que la finca del castillo de Soutomaior es el lugar ideal para disfrutar del patrimonio y conectar con la naturaleza.

Complicada situación de muchas variedades autóctonas e importancia del trabajo previo
Cuidando el cultivo tradicional mantenemos la historia viva