“Con la llegada del invierno el encanto de nuestro parque botánico es aún más especial.”

INVIERNO EN EL CASTILLO

Con la llegada del invierno el encanto de nuestro parque botánico es aún más especial.

Sin duda, la verdadera protagonista de esta estación es la camelia, una planta elegante y hermosa que ha conquistado los jardines del castillo de Soutomaior.

Sus delicados pétalos se resguardan del aliento invernal gracias a sus resistentes hojas, que sirven también de refugio a las pequeñas aves que habitan en nuestro jardín. Las distintas tonalidades de estas flores nos aportan calidez incluso en los días más fríos, en los que una taza de auténtico té, elaborado con Camellia sinensis, sienta mejor que nunca.

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Ferreiriño
 
reyezuelo
 
Rabilongo

Pero no solo las camelias se mantienen verdes durante todo el año, sino que un auténtico vergel envuelve el castillo. El parque botánico es prácticamente un museo vivo, cuyo origen se remonta al siglo XIX. Fue creado por los marqueses de la Vega de Armijo y de Mos, que se inspiraron en los jardines de Versalles para transformar los exteriores de su palacio en un entorno idílico. Con la intención de aprovecharlo al máximo eligieron árboles cuyo manto se mantiene frondoso incluso en invierno. Abetos, araucarias, cedros, criptomerias y secuoyas constituyen un patrimonio único y nos cuentan parte de la historia del castillo. Con el paso de los años la finca no solo ha mantenido su esencia, sino que se ha enriquecido gracias a las numerosas actuaciones de mejora y conservación llevadas a cabo por la Diputación de Pontevedra.

Las grandes coníferas de hoja perenne destacan sobre otros árboles, que se muestran ahora desnudos tras el otoño. Impresionan especialmente los catorce magníficos ejemplares de Platanus x acerifolia que ya se mencionaban en el libro El Castillo del Marqués de Mos en Soutomaior, escrito por María Vinyals en 1904. Ahora se puede apreciar cómo sus ramas se retuercen y entrelazan acariciando las nubes y dejando pasar los rayos de sol, tan codiciados en esta estación.

 
Perennes
 
Camellia sasanqua

Completa tu visita y recorre la senda del bosque, ya que los regatos de As Afreitas y Porta Cadeira están ahora en su mejor momento y fluyen con bravura. En este tranquilo paraje podemos observar el correteo de algún conejo y el vuelo de pequeñas aves, como el petirrojo, que parece no temer al frío y nos acompaña con su canto todos los días del año.

Otra ave frecuente en nuestro bosque es el agateador, que trepa por los troncos para buscar comida. 

 
bosque
 
petirrojo
 
Agateador

Son solo unos pocos ejemplos de toda la riqueza y la diversidad que alberga este entorno privilegiado. Con algo de abrigo y calzado adecuado podremos descubrir todos los tesoros que esconde esta fortaleza.